miércoles, 5 de febrero de 2014

El Pecado de llamarse Ruth Lorenzo

Y el drama de ser eurofan




Ser Eurofan es como ser colchonero, un sufridor, pero en el caso de los forofos del Atlético de Madrid lo hacen por amor a un deporte y porque el equipo (normalmente) les hace sufrir. En el caso de los eurofans lo hacen también por pasión, pero por pasión propia e inmolada ardientes de deseo de comprar un bidón de gasolina y una cerilla y convertirse en los más de los más de todo. Ser eurofan supone ir en contra de todo y pensar que todo está en tu contra para arruinarte EL EVENTO del año. Y si alguien te critica te das la media vuelta y te haces el incomprendido. En Suecia sí que saben hacer las cosas.

Antes de herir más sensibilidades he de decir que no todos los eurofans son así, hay una inmensa mayoría (no ruidosa) de gente que sigue el festival, que incluso organiza sus vacaciones en torno a la cita anual y que lo ven como una gran fiesta para pasarlo bien, y disfrutarlo. Pero hay otros, que madre mía.

Me considero seguidor del festival de eurovisión y no eurofan. Me enfundé la bandera de Andorra en 2008 y me fui a bailar Casanova a Belgrado, y todos los años me meto entre pecho y espalda una(s) botella(s) de vino y me lo paso como un enano criticando, bailando, riéndome, emocionándome y disfrutando del show eurovisivo. Porque me gusta y porque es la única competición no deportiva que tiene algo de bombo y me resulta divertido y disfrutable.

Los “Sick eurofans” no disfrutan, no hay tiempo. Todo tiene que salir como ellos quieren y desean y si no se enfadan, se insultan entre ellos y arremeten contra artistas, creativos y sobre todo contra Televisión Española. Por amargarles la vida, porque en Suecia, Noruega o Dinamarca lo hacen mejor y en España no… La diferencia es que en España a nadie le importa eurovision más allá de para echarse cuatro risas, y hay que saber aceptarlo.

Todo este post viene a correlación del culebrón del año sobre la elección de nuestro candidato. Mientras televisión española se sentaba a ver las opciones y a tomar con cautela una decisión ellos elegían a Roko como la candidata ideal. La artista de “El número uno” agradecía la elección pero se quedaba con cara “¿Y por qué?” Pues es una buena pregunta, porque sin desmerecer para nada el talentazo de Roko, éste todavía no ha sido testado en una carrera comercial o un estilo. Ni siquiera en un disco. Ni tan siquiera en un single. Es decir, ellos querían a Roko pero la cantante ni siquiera se ha estrenado… Haciendo ídolos de barro, supongo.

Otra de las opciones era Ruth Lorenzo, y ésta sí que mostró cierta atención y pasión por representar a España. La murciana quiere arrancar carrera en España (porque en UK no se ha comido ni un fish and chips) y vio que haciendo una cosa seria y profesional podía darse a conocer en su país natal. Los eurofans se emocionaron hasta el último hilo del támpax y machacaron durante meses a TVE, a Ruth Lorenzo y a cada foro con que fuese elegida. Sin escuchar la propuesta, sin saber nada de ella le alzaron, le regalaron las orejas, le encumbraron al olimpo de las mejores cantantes españolas, a que si ella no iba a eurovision iban a hacer boicot… Un percal durante meses.